Tomar el sol de forma saludable es muy sencillo. Ahora que en el hemisferio norte estamos en la época más calurosa del año,  muchos de nosotros elijen ir a la playa para combatir el exceso de calor. Pero no olvidemos que todo es bueno y en exceso puede ser malo.

Los beneficios de tomar el sol de forma saludable

Ya llega el verano. Y todos estamos deseando de poder irnos de vacaciones. Más cortas o más largas, pero de vacaciones al fin y al cabo. Pasar unas horas en la orilla del mar, tumbados al sol y coger un poco de color, que nos haga olvidar el blanco de los meses invernales. Pero debemos ser conscientes que si no lo hacemos bien pagaremos las consecuencias a largo plazo.

Por el contrario, tomar el sol de forma saludable nos revierte muchos beneficios para la salud.

¿Cuántas veces hemos oído responder a la orden de “ponte crema que te vas a quemar”, “no me hace falta crema que nunca me quemo”? ¿Somos conscientes de las consecuencias?

Tomar el sol de forma saludable aporta beneficios de todo tipo.

Como por ejemplo la producción de vitamina D. Esencial para nuestros huesos. Fija el calcio y promueve el correcto crecimiento de los huesos. La vitamina D, en sus variante D2 y D3, aportan mayor cantidad de calcio que la leche. Estas vitaminas por un proceso de síntesis, con los rayos del sol, en el colesterol, por efecto de la radiación ultravioleta, se convierte en D3.

Otra ventaja de tomar el sol de forma saludable es que se convierte en un protector contra el cáncer natural.  De la misma forma que antes decíamos que favorece la creación de vitamina D, la carestía de esta vitamina es un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer.

La exposición moderada y controlada a los rayos solares es un factor positivo para nuestro sistema circulatorio. La dilatación de los vasos sanguíneos favorece la circulación y disminuye la presión arterial. Y como ya hemos dicho la metabolización del colesterol previene de su acumulación negativa.

Y por si fuera poco, tomar el sol de forma saludable fortalece el sistema inmunológico, mejora muchas enfermedades relacionadas con la piel, como el acné, psoriasis, y muchas otras, que  encuentran su complemento ideal en el agua de mar. Actúa positivamente en el estado anímico y del bienestar. Previene de depresiones o suicidios. Estimula las serotoninas y endorfinas que aumentan la felicidad y el bienestar. Ayuda a dormir mejor. Y en resumen es el mejor antidepresivo natural y el mejor estimulador sexual.

Problemas de no tomar el sol de forma saludable

Si bien hemos visto los beneficios que aporta al organismo el tomar el sol de forma saludable, el caso contrario aporta grandes problemas. Puede llegar a convertirse en una adicción, por lo que su práctica será nociva y tóxica.

Tomar el sol de forma compulsiva, exagerada, y de forma excesiva produce un envejecimiento de la piel muy visible

No tomar el sol de forma saludable causa lesiones que pueden llegar a ser nefastas.

La forma más visible de tomar el sol es alcanzar un tono bronceado como símbolo de belleza. En realidad es un daño a la piel por exceso de estimulación de la melanina que reacciona para protegerse. Esto da lugar al tono bronceado que nos gusta tanto.

Por supuesto, una exposición prolongada al sol puede producir un golpe de calor. Mareos, vómitos, enrojecimiento de la piel, etc.

Otro de los problemas más comunes que vemos a la hora de una exposición descontrolada al sol, o sea de forma excesiva y sin la protección adecuada, son las quemaduras de la piel o eritema solar. Síntomas que son más frecuentes en los primeros días de exposición. Piel enrojecida, inflamación, ampollas, fiebre,  escalofríos, mal estar, dolor estomacal, dolor por contacto,  que suelen requerir en los casos más graves atención médica. Estos síntomas pueden llegar a durar una semana.

Otros síntomas pueden ser alergias, fotodermatosis, fotoinmunosupresión, queratosis solar, y lo más grave Cáncer de piel.

Este último los factores son diversos. Antecedentes familiares y disposición genética, los determinantes endógenos (piel y ojos claros), la edad (los mayores de 40 años tienen mayor riesgo). Pero lo más determinante son los determinantes exógenos. La repetida exposición al sol, la repetida quemadura de la piel por exposición al sol. Por eso es determinante prevenir desde niños la exposición en las zonas más sensibles como cara, brazos, cuello, orejas o manos.

Como tomar el sol de forma saludable

Lo primero que debemos comprender es que la piel tiene memoria. Desde pequeños pasamos horas al sol, jugando o tomando el sol directamente. Gestos habituales que pueden pasarnos factura en el futuro. Las consecuencias pueden ser terribles.

Primero y ante todo concienciarte de que para tomar el sol debemos siempre usar la protección adecuada. La crema solar reduce el impacto perjudicial del sol en nuestra piel. Bien usada y aplicada te proporcionarán el tono de bronceado deseado de una forma más segura. La piel debe de estar seca para su aplicación. Mojada es menos efectiva. Además de causar el efecto contrario, ya que el agua actúa como una lupa. Es una buena manera de adquirir ese tono bronceado en vez del tono rojizo por quemaduras. Usa crema resistente al agua, y aplica 30 minutos antes de exponerte al sol. Repetir varias veces en el periodo de exposición. Y sobre todo a los niños, su piel es más fina y necesita mayor protección.

En la playa usa sombrilla para resguardarte del sol, que junto con la crema será el método más efectivo. Usa una gorra que proteja tu cara y cabeza.

Evita depilarte antes de la exposición al sol. Y sobre todo y ante todo evita la exposición en las horas de máxima radiación. O sea entre las 12 del mediodía y las cinco de la tarde. Hay muchas horas en el día en las que podemos ponernos morenos, evita las horas en que el sol es mucho más fuerte.

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Como en artículos anteriores intentamos ayudarte a tener un Verano Seguro.

Debes de tener en cuenta que todos los consejos que podamos ofrecerte son recomendaciones genéricas. Nadie tiene la misma  piel que nadie. Ni el tono es igual, ni la sensibilidad ni la resistencia.

Por ello es fundamental que conozcas los factores de protección. Aunque no nos protegen a todos por igual es una de las formas de poder dar la protección necesaria.  Conocer cuál es tu fototipo de piel es lo esencial.

Existen cuatro en función de tres variables, a sensibilidad a las quemaduras por radiación solar, el color de los ojos, el color del cabello y por supuesto el color de piel. Así una persona con facilidad a las quemaduras por radiación solar, o de color azul los ojos, o pelirrojos los cabellos, o con una piel pecosa pertenecerá al fototipo de piel  I. Mientras que otra persona que difícilmente se quema por radiación solar, o tiene los ojos marrones o negros, el cabello de color negro, o la piel morena racial, pertenecen al fototipo de piel IV.

Además a la hora de escoger tu crema de protección solar debes de tener en cuenta que debe  de proteger tanto de los rayos UVA como de los UVB y que sea resistente al agua. Por ultimo elige la crema con factor FPS (factor de protección solar) que es la cantidad de veces que la crema aumenta la defensa natural de la piel frente al eritema. La clasificación se hace en cuatro apartados Bajo, del 2 al 6, medio del 8 al 12, Alto del 15 al 25 y Muy alto del 30 al 50 o más.

Y otra cosa más. El tiempo medio que tardamos en quemar  nuestra piel por radiación solar es de diez minutos, por lo que debemos poner todos los medios a nuestro alcance en funcionamiento desde el minuto 1.

Y si con todo esto ya te has quemado, de ello hablaremos en otro artículo.

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